Escribir: el esqueleto que mantiene de pie a Rosa Montero
La escritora y periodista dialogó con estudiantes del CUCSH sobre su necesidad de escribir y la influencia de los trastornos mentales en sus obras
“A veces me preguntan cómo supe que quería escribir. Pero es que yo nací así, para mí era un juego desde los seis años; en realidad era ya una necesidad, es mi manera de estar en el mundo, es como el esqueleto que me mantiene de pie”, declaró la escritora y periodista española Rosa Montero este miércoles en el auditorio Silvano Barba, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), campus La Normal, en el marco de Ecos FIL: Diálogo con Rosa Montero, como parte del Foro Internacional de Lengua y Literatura Hispánicas "Disrupciones culturales, lingüísticas y literarias" de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La charla, moderada por la investigadora del Departamento de Historia del CUCSH, Alicia Vargas Amésquita, se desarrolló en torno a los más de 40 libros escritos y más de 30 premios ganados por la invitada, quien ahora sabe que La loca de la casa (2003), es el libro de su vida, ya que responde preguntas que tenía en su cabeza desde niña.
“Siempre he sabido que había algo que no funcionaba bien en mi cabeza, y me hacía preguntas como ¿a qué llamamos cordura?, ¿cómo se relaciona la creatividad con la locura?, ¿qué es la realidad y cómo está impregnada de fantasía? Ahora sé que para mí están absolutamente entrelazadas”, explicó Montero.
Pero estas preguntas tenían además algo que las alimentaba y con lo que ella tuvo que lidiar de los 16 hasta los 30 años, los ataques de pánico. “Tenía este trastorno de pánico y por eso pensaba que estaba loca; por eso estudié psicología, porque en aquella época nadie te llevaba al psiquiatra y quería entender qué me ocurría. Cuando lo entendí me salí de la carrera”, comentó entre risas; agregó que ha sabido convivir con ese malestar de oscuridad.
Montero estudió también periodismo, carrera que sí termino y que le ha dado la oportunidad de ganar premios como el Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios en 1980, y en 2005 el de la Asociación de la Prensa de Madrid a toda una vida profesional. Actualmente es colaboradora en el diario El País.
Además de hacer periodismo y escribir novelas que se han traducido a más de 20 idiomas, Montero también escribe cuento, guion de teatro, cine y televisión, y considera que esto la ha llevado a saber que todos los novelistas son obsesivos. “Tú no puedes ser novelista sin ser obsesivo y dedicar días, meses y años a la escritura; se lleva tanta energía y tanto tiempo que tienes que sacarlo de esa obsesión”, expresó.
Por otro lado, la escritora nacida en Madrid reconoce que no se puede vivir de la escritura creativa, y que considera que quien lo hace comete un suicido en su carrera: “Esta es la primera cosa que hay que decir; si hay aquí gente que quiere ser escritor o escritora, no puedes vivir nunca de la escritura creativa, hay que buscarse otro trabajo, porque es muy difícil ganar dinero, pero sobre todo porque te perderías como escritor, porque la escritura creativa debes hacerla en absoluta libertad”.
Para Montero esta libertad va de la mano con la postura de que no le gusta, e incluso le molesta, que se hable de escritura o literatura de mujeres como cosa aislada de la de los hombres, y habló de que a pesar de tener en su gran mayoría personajes que son mujeres y hacen literatura, no tienen que ver con el querer demostrar algo por ser mujer.
“Esto es normal y les pasa a los hombres también, sólo que esta visión sesgada y sexista que me desespera es que cuando una mujer escribe una novela protagonizada por una mujer, todo mundo piensa que habla de mujeres; pero si es hombre y escribe una novela con un hombre de protagonista, todo el mundo piensa que está hablando del género humano y no de los hombres. Tú no escribes para enseñar nada, el sentido de escribir es en realidad buscar el sentido de la existencia, es un viaje de conocimiento, para aprender, no para enseñar”, declaró.
Al finalizar, Montero contestó a las preguntas que tenían los estudiantes sobre el desarrollo de su trabajo y dejó en claro que no importa la edad que tengas, siempre puedes comenzar a escribir y transmitir esa búsqueda de quien eres.
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